Recuerdos personales de un compañero. En memoria de Tobi
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Recuerdos personales de un compañero. En memoria de Tobi
La noticia ha sido Terrible (así, con mayúsculas).
El compañero Tobi ha fallecido, y con él se va un pedacito de la memoria del anarquismo en México.
A modo de recuerdo en su memoria quiero compartir algunos de los recuerdos personales con el compañero.
Conocí a Tobi siendo yo muy joven, de unos 18 años.
Acudía yo al llamado Espacio Anarco-punk, en el que confluían varios jóvenes punks como yo en ese entonces.
La primera vez que hablé con él yo ya había leído algo del anarquismo. Curioso sobre las ideas, pero con muy poco de ellas, pregunté por libros de la extinta editorial Antorcha que el compañero Tobi vendía. Le solicité una recomendación y me entregó “Dios y el Estado”, de Bakunin. Fue de mis primeras lecturas.
Posteriormente, haciendo mis primeros intentos de organizarme, solicité un espacio dentro del Espacio Anarco-punk y fue el compañero Tobi quien habló en mi favor para estar ahí.
Fueron innumerables las asambleas que a partir de ahí compartimos, en esos años, en el local de la Biblioteca Social Reconstruir, a unas cuadras del metro Juárez, cuando se encontraba ahí la Biblioteca.
Al poco tiempo estalló una huelga en una empresa que fue respaldada por el FAT, sindicato al que siempre estuvo ligado Tobi. Yo estaba presente cuando se invitó a asistir a apoyar la huelga, y joven, inquieto y con la rebeldía apenas comenzada en el anarquismo, me apunté para ir a apoyar. Salimos al siguiente día del DF con dirección a la empresa.
Asistían otros dos compañeros, uno de los cuales omitiré su nombre para no involucrar más gente en este relato, otro que no recuerdo quien era, y Tobi. Yo ya era vegano en esos años y mi desayuno constó de tortillas con salsa verde: enchiladas, pero sin crema ni queso, lo que dio paso a bastantes bromas entre los presentes.
Mi formación ideológica iba en aumento por entonces. Por esos años eran horas y horas las que pasaba leyendo innumerables libros de anarquismo que conseguía a costa de muchas penurias económicas, a pesar de las cuales no faltaba a las asambleas que se realizaban en la BSR.
En una de ellas, en tiempos en que los anarquistas mexicanos éramos perseguidos (igual que en años posteriores), nos reunimos unos pocos anarquistas en la BSR para hablar sobre lo que teníamos qué hacer en esos momentos.
Habían circulado en cierto periódico mexicano las biografías de algunos compañeros con relatos minuciosos de las actividades que realizaban, así como el rumor de varias órdenes de aprensión sin mencionar nombres. La persecución era en esos momentos muy grande, y pesaba mucho para quienes entonces carecíamos de organizaciones medianamente organizadas que pudieran dar respaldo a los perseguidos.
Llegamos nerviosos al local de la BSR unos 5 compañeros, con el temor de ser detenidos en cualquier esquina antes de llegar. Fue una asamblea curiosa: hablábamos en voz baja, casi como rumores, con el temor de que en el departamento de a lado estuviera la policía escuchando. Tobi estuvo ahí, y a pesar de los temores, supo que los demás, muy jóvenes algunos, mantuviéramos la calma en momentos así.
La persecución disminuyó con el paso de los días, sin que ello significara que cesara la vigilancia sobre los anarquistas.
Surgió también, por esos años, un conflicto sobre la BSR que dio mucho de qué hablar en el círculo anarquista de la CDMX: algunos compañeros del Espacio Anarco-punk proponían que el espacio abriera más días a la semana. Yo me propuse para encargarme de abrir y cerrar un día entre semana, otros para otros días… pero el conflicto degeneró: lo que se proponía como una apertura más amplia del local derivó en pretensiones de expropiar la Biblioteca a quien hasta entonces, desde la muerte de Mestre, había sido el encargado de la misma, para bien o para mal. Se sugirió incluso llevar a ciertos “bibliotecarios” para hacerse cargo de la misma, pero provenientes del trotzkysmo, y ante semejante distorsión de las cosas muchos reculamos y dijimos que antes de meter a gente así en la BSR o que lo que era una propuesta de abrir la BSR degenerara en un reparto del espacio, preferíamos que siguiera en manos exclusivas de Tobi, que bien o mal se encargaba de ella.
Por algunos años mantuvimos la convivencia en dicho espacio punk y en el local de la BSR localizada en Juárez y posteriormente en las cercanías de Bellas Artes.
Nuestra convivencia juntos no fue siempre la mejor. Nuestros caracteres, distantes en muchas cosas, no lo facilitaba, pero estuvimos juntos en dicho espacio por varios años, hasta que con cierta madurez ideológica busqué la organización fuera de lo musical, y definitivamente dejé de verlo durante algunos años. Él continuaba con su proyecto de la biblioteca, mientras que yo busqué la organización federativa.
Años después nos encontramos cuando la Biblioteca, que se había entonces cerrado por espacio de un par de años, se reabrió en donde se encuentra ahora, cerca del metro La raza en la CDMX.
Para entonces ya habíamos tenido ciertas diferencias ideológicas que en momentos como los actuales sobra decir.
Se convocaba un evento del cual ahora mismo me falla la memoria, y fui con la editorial de libros. Llegué una hora antes aproximadamente para visitar el nuevo local.
A pesar de las diferencias antes mencionadas, al llegar, después de varios años de no verlo, me saludó con toda amabilidad, como era su costumbre.
Por mi parte entendí que las diferencias, que considero deben ser normales, no nos hacían enemigos. Nos despedimos ya de noche en el evento, como si nada hubiera pasado.
Posteriormente fui un par de veces más a la Biblioteca a dejar ejemplares de las nuevas ediciones de libros que habíamos hecho como editorial. Visitas cortas, pero siempre con amabilidad.
Después de unos meses acudí de nuevo, a otro evento.
En la plática surgió el tema de Rhodakanaty y su escuela, dando lugar a un intercambio de ideas sobre dicho proyecto, con Tobi y otros compañeros que estaban ahí. Al terminar el evento nos despedimos igualmente con un “Cámara, chido guey”.
Tuvimos posteriormente a Tobi en un evento organizado por la FAM, en la que mantengo desde hace muchos años la militancia. El compañero Tobi fue a dar una charla sobre los fanzines, el punk y el anarquismo.
Alejado completamente del punk desde hacía más de una década y media, la plática del compañero me recordó esos años de juventud ya lejanos en la memoria, por lo que la charla fue muy agradable.
Paulatinamente veía alguna cosa que compartían compañeros del perfil de la red social Facebook de Tobi: los años, que tanto pesan en algunos/as y que les hacen alejarse de las ideas, no habían hecho nunca mella en Tobi y mantenía su anarquismo de siempre. En cierta manera era una persona mayor con el carácter del joven anarco-punk y rebelde de siempre, pero con la madurez de años de lectura y dedicación al anarquismo.
Hace unos días, el 6 de enero por la tarde, un compañero me mandó mensaje donde se solicitaba ayuda para el compañero Tobi debido al contagio que azota a la humanidad desde hace más de un año.
No habíamos sido muy cercanos los últimos años, demasiados en verdad; habíamos tenido diferencias ideológicas siempre y militábamos en proyectos distintos, pero en ese momento todo esto quedaba de lado, nada de eso existía. Había solamente un compañero en un problema, e inmediatamente mandé un mensaje a la organización en la que estoy para ver la forma de ayudar al compañero.
Los últimos días, desde el 6 de enero a la fecha en que escribo esto y recibo la terrible noticia de su fallecimiento, preguntaba diariamente por la salud del compañero. La noticia de su mejoramiento en días pasados era alentadora… y la noticia repentina de su fallecimiento ahora ha sido algo terrible que todos, independientemente de las diferencias ideológicas, de organización y de carácter, no pueden, no podemos dejar de lamentar.
Para nadie, amigos y enemigos, es un secreto que desde que Mestre dejó la BSR fue Tobi quien se encargó de mantener dicho espacio vivo. Aunque hay compañeros que desde siempre han arrimado el hombro, para nadie es un secreto que el núcleo central del mantenimiento del espacio se debe a Tobi.
Fui testigo, desde los tiempos de la BSR en Juárez, de los serios problemas económicos que representaba para Tobi el mantenimiento de la BSR, y si se ha mantenido por tantos años más el espacio ha sido prácticamente, o en mayor medida, gracias a su empeño por que ese espacio, sitio de llegada para anarquistas de otros países y centro de reunión para algunos anarquistas en la CDMX, no se cerrara.
Tuvimos diferencias ideológicas, de las que no es bueno hablar ahora (y quizá nunca) ¿Y? Las diferencias, para quienes no las sepa ver, dividen. Para quienes sabemos surfear en las olas de las diferencias, estas no solamente pueden existir, sino que es totalmente sano que existan, pues solamente estas nos hacen verificar constantemente nuestras ideas; pero sobre todo: las diferencias pueden separar, pero no dividir, que no es lo mismo.
De esta manera, aunque en proyectos y organizaciones distintas, Tobi siempre fue un compañero para mi y para mucha gente que, sin estar organizados con él, sabían que era un compañero, y compañero con bastantes años en la espalda de militancia en el anarquismo.
Podría hablar, y extensamente, sobre sus actividades en colectivos, en grupos punk, su personalidad de anarco-punk, participación en tantos y tantos eventos y proyectos, pero ese es trabajo quizá para quienes tengan datos y referencias personales que por la lejanía de años de no trabajar juntos no tengo en mis manos, y que la triste, tristísima noticia, me impide también ahondar en ello.
Su fallecimiento es una pérdida no solamente para el proyecto que deja hoy en manos de otros compañeros que sabrán sacar adelante el mismo, pese al enorme hueco que deja la pérdida de Tobi; es una pérdida también para quienes nos empeñamos en la difusión y organización del anarquismo. Una pérdida, porque cuando muchos se alejan para llevar una vida cómoda y sin compromiso, personas como Tobi, aferrados en la difusión del anarquismo, son compañeros pese a no estar organizados juntos; compañeros que al irse dejan en manos de pocos el trabajo de difusión y organización que debe ser un deber para todos/as aquellos/as que se reivindican del anarquismo.
¡Compañeros, compañeras! Válidas son los pesares y las lágrimas por la pérdida del compañero Tobi, pero más válido debe ser el involucrarse en el anarquismo, el difundir y organizarse, porque ese será el mejor homenaje para el compañero que hoy nos deja y que dedicó su vida a ello.
Hasta siempre Tobi.
Erick Benítez Martínez. 10 de enero del 2021
“El campo de batalla del anarquismo, ínterin se espera la revolución social, tendría que ser la pluma, la palabra y el ejemplo […] Revolucionarios, meditad que la hora de nuestra emancipación tanto más tardará en sonar cuanto más tiempo permanezcamos en la ignorancia. Eduquémonos, instruyámonos, que el porvenir es nuestro”
José Llunas
José Llunas