Historia del pensamiento socialista IV

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Erick Benítez Martínez
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Historia del pensamiento socialista IV

Mensaje: # 198Mensaje Erick Benítez Martínez »

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Es otro tomo bueno, aunque...

En realidad es como un complemento del anterior volumen porque trata también de la II Internacional y del mismo período de tiempo.
Aunque en este se trata además país por país, así que aunque es el mismo tema y años, hay alguna diferencia, por eso digo que es como un complemento al anterior volumen.
Sobre Austria me gustó la forma en que Cole habla del uso de la huelga general en manos de los socialistas. Hay que tener en cuenta que, como se vio en el segundo y tercer volumen, la huelga general había sido rechazada por los marxistas y socialistas (a veces eran los mismos) porque era sobre todo una herramienta del anarquismo mundial y la consideraban inútil y utópica, como suelen llamar a todo lo que no son ellos y sus sombras. Pero en Austria, ante la elección por clases, no podían aspirar a conquistar el poder político, ese manía estúpida de lucha, así que usaron la huelga general política hasta conseguir el derecho al voto para los varones (no para las mujeres, sino muchos años después con las sufragistas).
Se habla también del cambio de actitud respecto a la primera guerra mundial: en el tercer volumen se vio como los marxistas alemanes votaron los créditos de guerra dando un giro brusco a su "internacionalismo" de la misma forma (aunque de modo inverso) en que Marx había primero atacado a Francia y pedido que los prusianos invadieran Francia y luego escribe su libro de defensa de la comuna. Ser camaleones es siempre propio del marxismo.
Vienen luego estudios sobre un carácter general sobre Hungría, Los balcanes: Bulgaria, Rumania, Serbia, Grecia, Turquía y Armenia, que no son malos, en ciertos casos explican la expansión del socialismo, pero al ser casi de explicación general, resultan un tanto fuera de lugar.
Sobre Suiza se incluye un artículo interesante, pero a mi parecer corto. Es verdad que habla sobre las luchas entre anarquistas y marxista y un ala que apoyó a los marxistas contra los anarquistas sin simpatizar precisamente con los marxistas, pero creo que el tema daba para mucho más. Bakunin había vivido ahí y tenido una gran influencia sobre los relojeros sobre todo, además de la poderosa activistas de James Guillaume; hablar de esta influencia hubiera sido bastante bueno. Lo más sobre saliente son las huelgas de 1912 y la de 1918 con motivo de la guerra, pero fuera de eso hay poco más que decir.
Luego hay un larguísimo artículo llamado "Bélgica: la democracia estacionada" que comienza bastante bien hablando de los grupos anarquistas belgas en cierta medida impulsado en un inicio por César de Paepe que tuvo su periódico anarquista para luego pasarse a una especie de socialismo no necesariamente marxista puesto que no buscaba tomar el poder político, pero tampoco anarquista de una manera muy extraña. En fin, que son pocas las páginas destinadas a estas explicaciones. Lo demás es sobre el socialismo belga y su lucha por el sufragio universal y algunas mejoras conseguidas, pero ya poco interesante a mi parecer.
Sobre Holanda encontramos un estupendo capítulo, aunque a pesar de todo me parece algo corto en información: la participación de Ferdinand Domela Nieuwenhuis primero y de Christian Cornelissen después abarcan solo un par de páginas a pesar de la importancia de estos, sobre todo de Nieuwenhuis que fue digamos el parteaguas entre el estado comatoso del socialismo holandés y el sindicalismo anarquista desde su llegada. El resto del capítulo versa sobre lo mismo: partidos socialistas divididos, lucha parlamentaria, etc.
El largo capítulo sobre "Los países escandinavos y Finlandia" es un poco más de lo mismo: narración por países (Dinamarca, Suecia y Noruega) del desarrollo del socialismo parlamentario; no son malos capítulos, pero al ser muy dispersos en información en países apenas se desarrolla completamente la información.
No es sino hasta el capítulo siguiente de Italia donde encontramos descripciones más situadas y directas. Sin embargo aquí encontramos un buen relato del socialismo anarquista en Italia, pero solo para los primeros años. Se habla de Andrea Costa y su conversión al socialismo parlamentario, pero no se dice nada de la participación de este en el congreso de Florencia en 1876 donde se formula, junto a Malatesta y Cafiero, el comunismo anarquista. Esto era muy importante estudiarlo porque significa un cambio importante en el socialismo anarquista, pero al parecer para Cole el socialismo es solo parlamentario o marxista a pesar de las estupendas críticas del primer y segundo volumen de esta colección.
En fin, que el desarrollo del socialismo, en especial de los llamados Figli di Lavoro es interesante, así como los relatos sobre Costa ya convertido al socialismo estatal.
No se habla tampoco de la poderosa influencia de Errico Malatesta (se le menciona solo dos veces), ni de Pietro Gori o siquiera de Merlino (mencionado como socialista omitiendo su anarquismo primerizo) y su deriva también hacia la política. Se menciona por ejemplo el alzamiento de Benevento, pero no se dice nada de los anarquistas a pesar de haber sido los artífices del mismo. Para 1909 se menciona una huelga general espontánea cuando se sabe la ejecución de Francisco Ferrer I Guardia en España, pero no se dan más detalles.
Se entiende, por estas cosas, que Cole por socialismo se refiere solamente al socialismo parlamentario y marxista, pero que ignora bastante del socialismo anarquista. Esto no es un pecado, desde luego, pero pasar por alto el anarquismo en un estudio de socialismo es por lo menos injusto. Aunque describe las fuertes agitaciones de Italia en huelgas generales y asume que eran en gran parte producto del anarquismo, dice que muchos seguían a Bakunin porque respondía a sus instintos de espontaneidad más que por afinidad a sus ideas, lo cual es falso.
Al final si habla de Merlino y de Malatesta... Dos párrafos, en los que solo menciona dos obras de Merlino al que admiraba Sorel y de Malatesta dice que era "Anarco-comunista más que industrialista" 😳, como si el comunismo anarquista no fuera industrial también. Bueno, en cuanto al anarquismo Cole se nos muestra constantemente fuera de su área de estudio y comete muchos errores. Se ha visto ya durante al menos 3 volúmenes.
Para España también se dedica un artículo, aunque en este caso, con mayor formación sobre el país y su historia, puedo notar bastantes más errores. Menciono solo algunos.
Sobre Pi I Margall, dice Cole que no quería dividir a España, pero Pi I Margall había dicho que quería "dividir y subdividir al poder", así que la afirmación es por menos ambigua.
Dice que cuando se forma la Alianza en España para controlar al movimiento obrero, pero la Alianza había sido la que había formado a ese movimiento obrero anarquista, así que tampoco tiene sustento esto.
Cuando la represión se desata sobre la AIT, el Consejo Federal (y no toda la International Workers Mens Asociation, denominación arbitraria de Cole, porque era la AIT nada más sin otros nombres), o mejor dicho, una parte compuesta solo por Lorenzo y otro del que no recuerdo el nombre ahora, se traslada a Portugal. Cole dice que el Consejo se traslada en masa.
Sobre la llamada Mano negra, Cole tiene bien claro que fue un invento, como en realidad lo fue, y en este aspecto se destaca de otras personas que aunque dicen que analizan al anarquismo español, se tragan el cuento de que la Mano negra sí existió y que eran anarquistas en ese romanticismo absurdo de la violencia.
Sobre la huelga de 1909 como respuesta a la llamada a reservas, Cole dice que unas de las consecuencias fue que los anarquistas llamaran a votar por los socialistas y republicanos. Esto es fundamentalmente absurdo y falso.
Ideológicamente para Cole no existe ningún español de relevancia, quizá Ferrer y a aun a este le llama personaje secundario. Ricardo Mella es mencionado, pero o dimensionado en su realidad como un teórico enorme.
De los anarquistas españoles habla mal y dice que no tenían respeto por la vida humana, a pesar de decir también que eran muy morales.
Lo bueno de todo esto es que el propio Cole se dice insatisfecho por este capítulo, reconoce su ignorancia en el tema y que comete errores. Esto al menos disculpa mucho de lo que ha dicho de forma incorrecta en palabras anteriores y es de valorar.
Sobre Estados Unidos y el Canadá también hay un capítulo. Resulta interesante y es de recomendar a todas aquellas personas que ven a la IWW como anarcosindicalista, porque deja muy en claro los varios grupos que había al interior, al menos 3 grupos, de los cuales dos eran afectos a la política y un tercero era de anarquistas, la llamada Anarchist Industrial Unionist.
Viene luego un capítulo sobre la revolución mexicana de mediana calidad. Gran parte del artículo habla sobre el socialismo en Chile, Argentina (sobre todo estos dos), Perú, Bolivia y luego sobre México. No son malos textos, pero hubieran quedado mejor aparte. De México tiene cosas muy buenas para ser un solo capítulo, pero también tiene errores fundamentales, como decir que el PLM se funda en 1906 (fue en 1905) primero, y luego que lo fundó Madero en 1907. De los anarquistas del PLM dice que eran anarcosindicalistas más que anarquistas, lo cual es totalmente falso, no porque no tuvieran miras anarcosindicalistas, sino porque Cole no ve la diferencia entre ambas ideas hermanas. Luego dice que las ideas de los Flores Magón eran semianarquistas, con lo que la confusión se hace más grande. Sin embargo es buen capítulo y, la verdad, no esperaba ver un análisis sobre México en estos tomos.
Siguen capítulos sobre el socialismo en Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica y China, en los primeros describiendo el paso de la IWW por estos países nuevamente en disputas por la conquista del poder político (que lean esto quienes se empeñan en ver anarquismo en la IWW), el salvajismo contra el socialismo en Sudáfrica y el desarrollo del socialismo en China; en fin, que se describe siempre la búsqueda del poder político. Ayuda a entender cómo se desarrollaba el socialismo, pero después de tanto, ya suena a más de lo mismo.
Viene luego un capítulo sobre el Japón. Es bueno, si habla de Kotoku, aunque faltan las narraciones sobre la Federación Anarquista del Japón, las brutales huelgas lanzadas por los anarquistas y la ejecución de anarquistas, pero Cole dice que hablará más de Japón en el siguiente volumen, así que quizá algo venga ahí.
El capítulo final "Conclusión: reforma y revolución" es como un resumen del libro con algunas reflexiones que me parece ya se encuentran en el libro, por lo que no son tan necesarias.

Me parece que es un buen libro, aunque al ser una especie de complemento del volumen anterior resulta un tanto sobrado.


“El campo de batalla del anarquismo, ínterin se espera la revolución social, tendría que ser la pluma, la palabra y el ejemplo […] Revolucionarios, meditad que la hora de nuestra emancipación tanto más tardará en sonar cuanto más tiempo permanezcamos en la ignorancia. Eduquémonos, instruyámonos, que el porvenir es nuestro”

José Llunas
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