LOS TRABAJADORES RECLUIDOS AL EJÉRCITO EN QUERÉTARO. MÉXICO

Historia del anarquismo en México
javiherrac
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LOS TRABAJADORES RECLUIDOS AL EJÉRCITO EN QUERÉTARO. MÉXICO

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Los trabajadores de la fábrica de hilados y tejidos El Hércules, perseguidos y consignados al servicio de las armas en tiempos del gobernador huertista Joaquín Chicarro, 1913-1914


Me separaron de la gran ciudad,
que solo me encuentro aquí.
Adiós al amor, adiós a la gente.
Luché contra la ley… ¡Y la ley venció!
I fouht the law. The Clash



Por José Rosales Suasti


Los expulsados en tiempos de la dictadura porfirista, año de 1907

Hacia 1906, los trabajadores de El Hércules ya estaban influenciados por la corriente revolucionaria conocida como magonismo.(1) Al Hércules llegaban ejemplares de Regeneración,(2) “fusta y castigo de los que oprimen y explotan”, periódico que tuvo gran notoriedad dentro de la prensa opositora a la dictadura porfirista. En tanto, los trabajadores vivían en un régimen donde no existían libertades, la jornada laboral era larga, los salarios bajos, no tenían seguro ante accidentes o enfermedad. En este sentido, los trabajadores dejaron a un lado el miedo y organizaron en la clandestinidad la asociación obrera La Unión Obrera para luchar por aumento salarial, reducción de la jornada laboral para hombres, mujeres y niños y gastos médicos.

La Unión Obrera estaba formada por: presidente, Atanasio Guerrero; vicepresidente, Mateo Ángeles; secretario, Felipe Soria; secretario segundo, José H. Rodríguez; tesorero, Othón Rangel; secretario de acuerdos, Epigmenio Yánez; vocales, Anastasio Galván, Francisco Juárez y Merced Castañón.(3) El 7 de febrero de 1907, realizaron un paro de labores y exigieron respuesta a reivindicaciones de jornada laboral de ocho horas diarias para los hombres y seis horas de jornada de trabajo para mujeres y menores de edad, respectivamente. El resultado fue el despido de los obreros más combativos: Felipe Soria, Mateo Ángeles, Otón Rangel, José H. Rodríguez, J. Santos Pérez, Felipe Guevara, J. Jesús Guevara, Melesio Guerrero, J. Dolores Pérez, Anastasio Galván, Domingo García, Luis Castañón, Epigmenio Yánez, Francisco Juárez, Refugio García y Luis Camacho.(4)

Lara Ovando, siguiendo los testimonios del dirigente obrero Pedro Esguerra, sostiene que los propietarios de El Hércules para acabar con el paro, utilizaron la fuerza militar y las fuerzas del gobierno del Estado, expulsando de la entidad a dieciséis líderes obreros, entre los que se encontraban los mencionados Atanasio Guerrero, J. Santos Pérez, Felipe Guevara, J. Jesús Guevara, Melesio Guerrero, J. Dolores Pérez, Domingo García, Luis Castañón, Refugio García y Luis Camacho.(5)

A través de diferentes testimonios documentales se pudo saber el destino de estos trabajadores después de su expulsión: Dolores Pérez, el principal dirigente estuvo en el ejército, posiblemente levado. Fue buscado por la Zona Militar de León por deserción. En carta dirigida al gobernador Francisco González de Cosío, el 1 de enero de 1909, la Zona Militar escribió:

“Tengo la honra de remitir a usted, con apoyo de la del Art. 113 de la Ley Procesal Militar, el exhorto relativo a la aprehensión del obrero desertor de la Escuela de Tiro, Dolores Pérez; suplicando a usted se sirva disponer sea diligenciado en la forma en que se expresa en el citado exhorto, y en estado devuelto a este Cuartel General”.(6)

Todo indica que los trabajadores expulsados regresaron a trabajar al Hércules en 1909, porque este año fue fundada la Sociedad Mutualista “Señor San José”. Es de subrayar que las sociedades mutualistas eran permitidas porque no iban más allá de la ayuda mutua: cada trabajador hacía aportaciones, con ello obtenían beneficios en caso de accidentes, enfermedad o muerte; además, la lucha de clases estaba ausente y no representaban un peligro para el régimen porfirista. Algunos de los expulsados, desempeñaron cargos en la recién formada organización obrera: presidente, Salomé Tabares; vicepresidente, Tiburcio Castillo; primer secretario, Francisco Juárez; segundo secretario, Joaquín Alonso; tesorero, Ángel Sanabrais; comisión de hacienda, Vicente Mancera; comisión de hospitalidad, Juan Torres.(7)

No obstante, “fueron siempre señalados como agitadores por la Compañía”. Tan es así que los obreros “señalados” por la Compañía Industrial Manufacturera destacarán de los años 1910 a 1913 en los conflictos obrero-patronales en la fábrica. También cabe señalar que en la administración del gobernador maderista Carlos M. Loyola, el Departamento del Trabajo, cuya función es mediar en los conflictos obrero-patronales, expulsó en mayo de 1913 a los dos principales dirigentes obreros: Juan Torres de La Purísima y José Dolores Pérez, de El Hércules.(8)

Los trabajadores de la fábrica de hilados y tejidos El Hércules, perseguidos y consignados al servicio de las armas en tiempos del gobernador huertista Joaquín Chicarro, 1913-1914

En 1913 el gobierno democrático de Francisco I. Madero fue derrocado y asesinado junto al vicepresidente Pino Suárez. Victoriano Huerta, antiguo general del ejército fue quien dirigió el golpe de Estado, instaurando el regreso a la dictadura.

Este mismo año en la entidad, es impuesto gobernador el general huertista Joaquín Chicarro. El país se encuentra en una lucha entre facciones revolucionarias; por lo tanto, el gobierno del usurpador Victoriano Huerta necesitaba soldados e impone “la leva” o reclutamiento forzoso al ejército. En la efímera administración de Joaquín Chicarro (del 2 de octubre de 1913 al 12 de julio de 1914) cientos de ciudadanos pacíficos queretanos fueron perseguidos y consignados al servicio de las armas;(9) todos ellos jóvenes de la ciudad y del campo.(10)

Entre los que se llevaron al ejército estaban obreros de la fábrica de hilados y tejidos El Hércules: J. Dolores Zúñiga, Ascensión Castañón, Luis Castañón, Merced Castañón, Luis Camacho, Guillermo Ordaz, Antonio López, Octaviano Vanegas, Pedro Hernández, Agustín Aboytes, Antonio Araujo, Fidencio García, Joaquín Estrada, Francisco Juárez, Epigmenio Yánez y José Gallegos.(11) Sin duda alguna, la “leva” a los trabajadores textileros fue selectiva, algunos de ellos habían participado en las huelgas y paros desde 1906 para mejorar sus condiciones de vida y trabajo.

Antonio Araujo, un joven de 19 años, de oficio trocilero, en un testimonio desgarrador narra que el 29 de enero de 1914 (esa noche se llevaron a sus compañeros Agustín Aboytes, Fidencio García y José Gallegos) en el pueblo de Hércules “a las once de la noche los sacaron amarrados, para esta ciudad y de aquí los consignaron al servicio por culpa de Sanabrais”.

En efecto, en el reclutamiento forzoso estuvieron involucrados cinco personas de Hércules: Carlos Sanabrais, Juan Escobedo, Máximo Villarreal, Pablo Villarreal y Atanasio Ponce, junto con autoridades del Centro:

“Prefectura del Distrito del Centro. En la Ciudad de Querétaro, a los diecinueve días del mes de febrero de mil novecientos catorce.
El Secretario de la Prefectura procedió a revisar las cédulas en que constan escritos los nombres de los individuos empadronados en este Distrito como hábiles para el servicio militar (...) confrontándolas con las listas que se tienen a la vista, remitidas por el Ayuntamiento, se enrolaron y fueron depositadas en el ánfora que sirve para estos actos. (...) resultaron designados por la suerte, para cubrir las bajas del Ejército y por cuenta del contingente que se tiene asignado a esta Entidad Federativa los paisanos: Juan Ramírez, Vidal Cruz, Guillermo Ordaz, Luis Castañón, Timoteo Cruz, Francisco Juárez y Luis Camacho. En esta virtud, el C. Prefecto dispuso se libraran las correspondientes órdenes de aprehensión contra los individuos mencionados y con las seguridades debidas fueran entregados al C. Jefe de Reemplazos (…).”

No todos los trabajadores corrieron la misma suerte, por ejemplo, Ascensión Castañón y Merced Castañón fueron perseguidos, pero lograron escaparse a la ciudad de México; Antonio López, regresó con una cicatriz en el antebrazo izquierdo que lo imposibilitaba para trabajos forzados, herida que recibió en Chimalpa, Morelos; Agustín Aboytes, estuvo en el 7º Regimiento de Caballería, regresó con una cicatriz en la oreja y un orificio que salía debajo de la barba; Joaquín Estrada, a pesar de haber sido detenido, fue puesto en libertad por mediación de su familia; Francisco Juárez, ya no regresó. Su esposa murió en el Hospital Civil, dejando cuatro niños desamparados en el hospicio Vergara; Epigmenio Yánez tampoco regresó. Por los testimonios de sus compañeros, murieron combatiendo a los diferentes ejércitos revolucionarios que lucharon contra el usurpador Huerta.

Una vez que triunfaron los ejércitos revolucionarios sobre Huerta, los levados regresaran al pueblo de Hércules de donde eran originarios. Agobiados por el desempleo (la fábrica estaba cerrada por falta de materia prima) y las penurias que sufrían sus familias por la situación del país; Dolores Zúñiga, Ascensión Castañón, Casimiro Reséndiz, Silverio González, Luis Camacho y Joaquín Estrada, en representación de los trabajadores de El Hércules, solicitaron al Departamento del Trabajo que por medio de sus gestiones la fábrica El Hércules reanudara los trabajos.(12)

Una vez los constitucionalistas en el poder, los obreros queretanos interpusieron una demanda en el Juzgado de Instrucción Militar el 15 de noviembre de 1915 contra Carlos Sanabrais, Juan Escobedo, Atanasio Ponce, Pablo Villarreal, Máximo Villarreal y Atanasio Ponce, que se recordará fueron los promotores de su expulsión, por los delitos de “ataque a las garantías individuales y abuso de autoridad”. Los acusados argumentaron ante el Juez que la persecución y consignación eran órdenes de las autoridades del Centro, de modo que el Juez los dejó en libertad.

Hacia 1915 la Casa del Obrero Mundial, federación de organizaciones obreras de corte anarcosindicalista en la ciudad de México, se encontraba en la entidad para intensificar la organización sindical. Por medio de la Casa del Obrero, habitantes del pueblo de Santa María Magdalena recuperaron aguas que les despojaba una hacienda.(13) También bajo su influencia los trabajadores de El Hércules fundaron el sindicato.(14) Con el triunfo de la Revolución Rusa en 1917 y el prestigio que tenía, los obreros del Hércules se pasaron al lado de los bolcheviques. Tal es así que se los conoció como “los rojos de Hércules” y “los bolcheviques de Hércules.”(15) Así lo pudimos constatar: el periódico El Observador, en su edición del 2 de noviembre de 1919 narra un bautizo socialista:

“Se nos ha remitido para la fórmula y el acta levantada con motivo de un bautizo socialista, que según reza el escrito es el primero de esa que se celebra en la República Mexicana. El padre del niño bautizado por el moderno sistema, es el Sr. Santos Marín; y según el acta de que hablamos, concurrieron a dicho acto varias personas, entre ellas, los representantes de los Sindicatos Obreros de Hércules y San José de la Montaña”.

El sindicato del Hércules seguirá siendo un sindicato autónomo y combativo. En 1922 una multitud de trabajadores lincharon hasta dejar muerto al capataz y rayador Atanasio Ponce (implicado en la leva de sus compañeros en la dictadura de Huerta); debido a los malos tratos de los que eran objeto en la fábrica y por encabezar al grupo de obreros católicos que no querían sindicalizarse conocido como “trabajadores libres”.(16)

Citas:

1.El magonismo tuvo dos etapas: la liberal y la anarquista. En el Programa del Partido Liberal de 1906, en lo referente a la cuestión laboral planteaba jornada máxima de ocho horas, salario mínimo de un peso en toda la República, prohibir el empleo de menores de catorce años, mejores condiciones de higiene en los establecimientos, igual salario a mexicanos y extranjeros, descanso dominical, entre otras cosas.

2.Juan José Lara Ovando, Protesta obrera y lucha sindical en “El Hércules”, CONACULTA, Querétaro, 2004, p.80.

3.Anastasio Galván, “Datos históricos del movimiento inicial de la organización obrera en la fábrica El Hércules”, en La Voz de Hércules. Órgano Informativo y Cultural, año 1, núm. 1, CONACULTA/Unidad Regional de Culturas Populares Querétaro, Querétaro, agosto de 1990, pp. 8-9.

4. Anastasio Galván, ibid.

5.Juan José Lara Ovando, op .cit., p.90.

6.Archivo Histórico de Querétaro, Poder Ejecutivo, Serie Guerra, Zona militar, Cuartel General, León. Al Gobernador Constitucional de Querétaro, León, 1 de enero de 1909.

7.Archivo Histórico de Querétaro, Poder ejecutivo, Sección 1ª, expediente número 210. De Francisco Juárez al gobernador Francisco González de Cosío, 1 de enero de 1909.

8.Juan José Lara Ovando, op. cit., p.125.

9.Archivo Histórico Municipal, Actas de los sorteos de reclutamiento del Servicio Militar Nacional. Años de 1911 a 1914.

10.Marta Eugenia García Ugarte, Génesis del porvenir. Sociedad y política en Querétaro (19131940), FCE/UNAM/El Colegio de México, México, 1999, p.49.

11.Archivo Histórico de la Casa de la Cultura Jurídica, Ramo Criminal, expediente número 35, 1915.

12.Archivo General de la Nación, Departamento del Trabajo, expediente número 22. A Marcos López Jiménez, Subdirector del Departamento del Trabajo, 7 de noviembre de 1914.

13.Carr, Barry, El movimiento obrero y la política en México, 1910-1929, México, SEP SETENTAS, 1976, TI, p.44.

14.La Opinión, 20/VI/1915. La Casa del Obrero Mundial realizaba conferencias en el Teatro Iturbide.

15.Fidel Soto, Linchamiento en Hércules. ¿quién mató al capataz?, INAH/CROC/STSPE/FTEQ, Querétaro, 2005.

16. Fidel Soto, op. cit.


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