De la historia del anarquismo en México. La insurrección de Chalco (mayo 1869)

Historia del anarquismo en México
javiherrac
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Registrado: Mar Ago 20, 2019 9:31 pm

De la historia del anarquismo en México. La insurrección de Chalco (mayo 1869)

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I

La insurrección, manifestación de la lucha entre la libertad y la autoridad, ha tenido un albergue constante en los campesinos de México.

Estas explosiones, en su mayoría, han sido rachas pasajeras, y aun cuando todas han tenido un pronunciado carácter libertario, les ha faltado una expresión espiritual, un principio definido.

Podemos afirmar que los campesinos han mantenido una insurrección permanente, que debemos sostener con todas nuestras energías, que debemos vivir diariamente, para la realización de la revolución anarquista.

Pero si esa insurrección permanente ha sido un constante ejercicio de los campesinos, no también ha dejado de ser una fuente alimentada de los partidos de autoridad, para la conquista del poder político. Estos movimientos insurreccionales y libertarios de los campesinos mexicanos, han podido ser aprovechados fácilmente por la tendencia autoritaria, debidamente organizada. Y es que esa “masa” que angustiosa parte, no sabe de positivo a donde llegar. Entrevé la meta, es natural; pero no se atreve a fijarla, y es de esas vacilaciones, el aprovechamiento y el triunfo de los partidos de autoridad, que sí saben a donde van.

Cuantas enseñanzas nos han traído estos movimientos insurreccionales. No solamente hemos conocido el manejo de la guerra de guerrillas; también han llevado al pueblo a la convicción –los últimos acontecimientos provocados por De la huerta la ratifican-, de que toda lucha por la libertad, únicamente puede estar basada en el idea-fuerza.

Las insurrecciones, como decimos arriba; han sido constantes. La mayoría han pasado desapercibidas, y otras –las más importantes-, han sido calificadas de bandolerismo.

Seguramente, que la insurrección de Chalco (mayo de 1869) tiene enorme trascendencia en la historia del anarquismo en México. Por primera vez se clamaba por la abolición del gobierno, para el verdadero triunfo de la libertad.

II


En el año de 1869 (1º de mayo) el pueblo de Chalco (Estado de México), fue atacado por los soldados de la República, quienes trataban de aprisionar a los autores del manifiesto que se había lanzado el 20 de abril.

El manifiesto, dirigido a todos los oprimidos y pobres de México y del universo, aunque difuso, es, sin embargo, un hermoso documento de la libertad. Principia hablando de los abusos de los latifundistas; del inicuo sistema de peonaje “por el que estamos condenados a no disfrutar de la vida”. Pasa a dedicar enormes párrafos de ataques a la religión cristiana y a sus representantes, y luego dice:

“Si los curas son malos, también son todos los hombres que mandan. ¿Qué diremos de eso que hemos dado en llamar gobierno, y es tiranía? ¿Dónde está el gobierno bueno?
Juárez, a pesar de llamarse republicano y enemigo de la Iglesia, es un mocho y un déspota: es que todos los gobiernos son malos.
Por eso, ahora, nos pronunciamos contra todas las formas de gobierno: queremos la paz y el orden.
Hemos pedido tierras y Juárez nos ha traicionado”.

Cuando el manifiesto trata de explicar lo que la insurrección quiere, se hace confuso, ininteligible. Ha alimentado un verdadero sentimiento antiautoritario, pero no puede aclararlo. Ya para terminar su exposición, firme, contundente, como una expresión de coraje, un resumen de sus deseos, dice: “En fin, lo que necesitamos es el establecimiento de un pacto social entre todos los hombres, a base de respeto mutuo”.

III

Julio Chávez, fue uno de los iniciadores y más activos militantes de ese movimiento.

Campesino rudo pero inteligente. Asiduo concurrente a la Escuela Moderna que en 1866 estableció en Chalco, Plotino Rhodakanaty, llegó a ser un convencido y hasta fanático de lo que él llamaba socialismo-anarquista (carta a Zalacosta del 3 de noviembre de 1866). “Soy socialista, le dice, porque soy enemigo de todos los gobiernos, y comunista, porque mis hermanos quieren trabajar la tierra en común”.

Zalacosta, Juan Villarreal y Hermenegildo Villavicencio, formaban, en 1865, un grupo de estudiantes avanzados. A este grupo ingresó, poco después, Plotino Rhodakanaty, profesor de filosofía en la escuela preparatoria. Hombre de amplia cultura y de clara inteligencia, autor de varias obras filosóficas ( De la Naturaleza, parís 1860, Neo-Panteísmo, México 1864) y admirador y traductor después, de J. P. Proudhon, abrió un nuevo horizonte a aquellos tres jóvenes estudiantes, que han sido los precursores del anarquismo y del movimiento obrero de México.

Zalacosta, el primero que en México se llamó anarquista, fue de los fundadores, justamente con Rhodakanaty, de La Social, sección internacional, y que constituyo la fracción mexicana del bakuninismo. Villavicencio, murió muy joven, poco después de haber estallado la insurrección de Chalco (diciembre de 1869). También joven, lurió Juan Villarreal, pero antes de su muerte (1872), pudo ver aquel grandioso movimiento obrero, que se acababa de adherir a la federación jurasiana.

Este grupo de jóvenes, y principalmente Rhodakanaty, influyeron grandemente en la mentalidad de Julio Chávez.

Rhodakanaty, separado de su cátedra de filosofía en la preparatoria y hostilizado por el imperio de Maximiliano, se refugió en Chalco, donde fundó la Escuela Moderna.

Esta escuela, a la que Rhodakanaty llamaba la “escuela de la razón y del socialismo” (carta a Zalacosta del 15 de enero de 1865), influyó grandemente en la mentalidad del pueblo. “En el día –escribe en la misma carta-, tengo infinidad de niños, que semidesnudos, temblando de frío y de hambre, aprenden no solamente las primeras letras del castellano, sino también las primeras nociones de libertad. Por la tarde, después de terminar sus pesadas faenas, concurren algunos peones. ¡Cómo se aplican estos buenos hermanos!

Unos meses después, escribe nuevamente Zalacosta (3 de septiembre de 1865) ”entre ellos, está un muchacho; trabaja en una hacienda cercana a Texcoco. Ya aprendió a escribir; sabe también hablar regularmente. Me ha dicho. Me ha dicho que pronto dará una conferencia socialista. Le he hablado de usted y me ha ofrecido hacer una tentativa de escribirle. Se llama Julio Chávez”.

Al triunfo de la República (1867), Rhodakanaty volvió a la Ciudad de México, tal vez con la esperanza de ocupar nuevamente su cátedra en la preparatoria, Chávez quedose encargado de la escuela de Chalco.

De vez en cuando escribe a Zalacosta (seguramente que con Rhodakanaty sostuvo una continua correspondencia; pero por desgracia, no ha sido posible encontrarla hasta la fecha), hablándole de sus actividades.

“La escuela que fundó el maistro don Plotino, le dice a Zalacosta, (sin día, diciembre de 1868), ya no es escuela, es un club por y para la libertad”.

Parece que a primeros de 1869, hizo un recorrido por distintas poblaciones cercanas a Chalco. En una nota, dirigida al mismo Zalacosta y fechada en Puebla (18 de enero de 1869), le dice: “Hemos llegado hasta acá. Hay mucho descontento entre los hermanos, por la noche todos los generales quieren apoderarse de la tierra de nuestros hermanos. ¿Qué le parecería a usted que hiciéramos la revolución socialista?

Y esto, que aparentemente es un arranque infantil de Chávez, fue algo perfectamente madurado en el cerebro de aquel joven campesino. Es indudable que desde aquel momento aumentó en él la idea de la revolución socialista.

Seguramente que trabajo con ahínco en ese sentido, al grado de haber alarmado bastante a la región; pues, dos meses después, el gobierno de Juárez enviaba fuertes contingentes de fuerza armada a los lugares cercanos a Chalco.

La última nota (abril 18 de 1869), enviada a Zalacosta –última también encontrada-, dice Chávez: “estamos rodeados por un batallón. Nada importa. ¡Viva el socialismo! ¡Viva la libertad!

IV

La noche del 1º de mayo de (1869), después de del ataque de los soldados de la República, que trataban de aprisionar a Julio Chávez, y de la defensa espontánea y heroica del pueblo, infinidad de campesinos armados abandonaron la población.

Se retiraron a la falda del volcán Iztaccihuatl, donde se fueron concentrando más los grupos de campesinos armados.

Un mes después, los insurrectos se dividían en dos partidas. Anselmo Gómez, se dirigió al estado de Veracruz. El 11 de junio, con 150 hombres atacó y capturó Chicontepec. El jefe político de esta población, informó al ministerio de guerra, que “el bandido Anselmo Gómez, al frente de 150 bandidos”, había capturado la población “cometiendo toda clase de atentados contra la propiedad y proclamando que desconocen a todo el personal de todos los gobiernos”.

Chávez, atacó y se posesionó de San Martín Texmelucan, donde se hizo de pertrechos de guerra, así como infinidad de campesinos, se unieron al movimiento. Rápidamente se dirigió sobre Atotonilco, Apizaco y otras poblaciones. A principios de julio, los insurrectos de Chávez ascendían a un mil. Pero no era todo. En cada pueblo, aparte de de excitaba a los campesinos a que se posesionaran de las haciendas, quedaban grupos armados.

El Estado envió fuertes contingentes militares a combatir a Julio Chávez. Chávez no hizo resistencia, parece que tenía grandes esperanzas en la resistencia que opusieron los grupos de campesinos armados, y en lugar de hacer que el núcleo mayor se distribuyera en guerrillas, avanzó al estado de Hidalgo.

Este movimiento de Chávez, lo llevó al desastre. En el primer combate presentado cerca de Actopan, estado de Hidalgo (agosto 17 de 1869), los insurrectos fueron completamente destrozados, cayendo prisionero Julio Chávez.

Julio Chávez, fue conducido inmediatamente a Chalco, donde fue fusilado, en la casa que fue de Escuela Moderna, la madrugada del 1º de septiembre.

Cuatro meses después de su salida de Chalco, Julio Chávez, caía lanzando su primer grito y que también fue el último: “¡Viva el socialismo!”.

V

Después de la derrota y fusilamiento de Chávez, los campesinos los campesinos formaron grupos armados, concentrado su actividad en Hidalgo y Tlaxcala.

Anselmo Gómez, se mantuvo en Veracruz con su guerrilla y más tarde se unió al movimiento político de Porfirio Díaz.

Las noticias de la Comuna de París, hicieron crear fuerzas a Zalacosta y a Rhodakanaty. A fines de 1870, Zalacosta trató de unirse a los grupos de campesinos armados de Hidalgo, que valientemente sostenía una guerra de guerrillas, que el Estado no podía exterminar, a pesar de los gruesos contingentes militares destacados para su extermino.

Zalacosta obró imprudentemente, y antes de que lograra salir de la Ciudad de México, fue aprehendido. La actividad de Juan Villarreal, al tratar de buscar au libertad con una huelga de los gremios recién organizados, dio pronto resultados, y Zalacosta salió de la prisión.

Todavía nueve años después, muchos grupos armados de los que operaron en Hidalgo, y que habían luchado al lado de Julio Chávez, se dirigieron al estado de San Luis Potosí, al llamado que hizo el Directorio Socialista, que salió nombrado en el congreso de los Pueblos Unidos de la Confederación Mexicana, celebrado en Sierra Gorda, el 1º de junio de 1879.

Y aquellos maltrechos restos de los luchadores por la libertad, se fundieron en aquel famoso ejército del pueblo, organizado por falansterios y comunistas, con el fin de conquistar el poder político, “para la implantación del gobierno comunista” (Manifiesto y Plan de Sierra Gorda, del 1 de junio de 1879).

En Sierra Gorda terminó, pues, el movimiento libertario e insurreccional iniciado el 1º de mayo de 1869 en Chalco, y que más tarde (1882), así como si el camino de la libertad estuviese al norte, hizo explosión en Chihuahua.

José C. Valadés. México, marzo 20 de 1924. Publicado en La Protesta (Suplemento Semanal), Buenos Aires, 1º de mayo de 1924.


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